
La dieta baja en grasa consistía en
la sustitución del 6-7% de la energía de las grasas saturadas por hidratos de
carbono. En cambio, una de las dietas moderada en grasa sustituía esas mismas
grasas por 1 aguacate diario y la otra por aceites ricos en ácido oleico. Además,
tenían restricción en el consumo de lácteos ya que solo podían tomar 2 diarios.
Debían mantener sus patrones de actividad física. Eran menús rotatorios
repartidos en 3 fases de 5 semanas, separados por un periodo de 2 semanas. Al final
de cada fase, se realizaba una analítica sanguínea.