¿No os habéis fijado que
últimamente gran parte de la publicidad gira en torno a los alimentos
enriquecidos? Cada vez está más extendida la idea que tomando determinados
nutrientes se puede mejorar la salud. La verdad es que está claro que los
españoles y el resto del mundo comemos muy mal. Existe una oferta enorme de alimentos, en su mayoría con cantidades
ingentes de azúcares, grasas y sal. Un abuso en su consumo implica poner en
riesgo nuestro organismo. Acostumbra a manifestarse con patologías como el
sobrepeso y la obesidad, la diabetes tipo 2, la hipertensión y la
hipercolesterolemia. Por eso, la industria ha sido más lista, porque ha
“innovado” y creado nuevos alimentos, a los que ha añadido determinados
nutrientes como omega-3 o esteroles vegetales, o ha reducido el contenido de
algunos otros como las grasas o el azúcar. Bueno, en realidad, al quitar
grasas, aumentan el azúcar y viceversa. ¿Y cuál es la estrategia de las
multinacionales? Dar un giro a los alimentos superfluos, es decir, aquellos
cuyo consumo debe ser ocasional. Y esto es lo que genera confusión en la
población ya que piensan que ya no son tan peligrosos como parecen. Y tampoco
es extraño que aparezcan con nombres distintos, de manera que el consumidor
adquiere el producto sin darse cuenta. Además, su precio es mayor, por el valor
añadido. A continuación, haremos un análisis práctico con ejemplos sobre la
situación comentada anteriormente. Así que, vamos allá.
Promoción de una alimentación saludable mediante recetas fáciles. Asesoramiento nutricional personalizada y realización de talleres de cocina saludable.
lunes, 14 de marzo de 2016
jueves, 10 de marzo de 2016
Alimentos congelados vs frescos

Congelar implica almacenar todo tipo de comestibles a una temperatura
de -18ºC para conservarlos durante meses en un envase adecuado. El objetivo
es mantener las mismas características y propiedades del producto antes de ser
sometido a esta técnica. ¿Y cómo se consigue? Solo hay que saber manipularlos
correctamente. En el ámbito industrial es fácil debido a la gran cantidad de
maquinaria de la que disponen. Y ahora es cuando preguntaréis, ¿Y en casa? Es
posible, aunque algunos factores no podremos controlarlos.
martes, 8 de marzo de 2016
Milhojas vegetales con atún
viernes, 4 de marzo de 2016
El primer aniversario de NutricionalmenT

¿Y cómo surgió la iniciativa? Os
lo voy a contar.
miércoles, 2 de marzo de 2016
El consumo de soja y la tiroides
Seguimos con la aportación de Belén
Rodríguez. Me comentó que había oído opiniones, tanto a favor como en contra,
de tomar soja en caso de presentar alguna alteración en el funcionamiento de la
glándula tiroides. Así que he estado documentándome sobre este tema.

Durante los último años, la soja
ha ganado protagonismo entre las mujeres, sobre todo durante tras la
menopausia. Aunque no es de extrañar que sea consumida entre los vegetarianos o
alérgicos a la proteína de leche de vaca.
viernes, 26 de febrero de 2016
La ingesta del día a día
Dado el éxito de la anterior
publicación, os pregunté a través del perfil de Facebook que si se os ocurría
alguna temática de cara a nuevas entradas, no dudarais en comentármelo. He
obtenido la aportación de 2 lectoras, así que allá vamos. Una de las temáticas
que ha sugerido Belén Rodríguez es conocer las necesidades nutricionales a lo
largo de un día pero a nivel práctico, es decir, con las cantidades de
alimentos que hay que incluir en cada una de las comidas. Y si existían variaciones
en función de cada persona.
Mi idea es que dispongáis de
herramientas que os permitan conocer vuestras necesidades y aplicarlas en
función de vuestros hábitos diarios.
La primera idea que quiero que
tengáis clara es que no todos somos iguales. Por este motivo, las necesidades
de nutrientes y energía varían de una persona a otra. Existen varios factores.
Son el sexo, la edad, la altura, el peso, la actividad física, la termogénesis,
la termorregulación y el metabolismo basal. También influye nuestra situación
fisiológica e incluso la época del año porque en invierno, debido a las bajas
temperaturas, las necesidades son mayores.
Todo el mundo sabe que las
mujeres nos diferenciamos de los hombres por tener una mayor cantidad de grasa
que de músculo. En cambio, la composición corporal de ellos está constituida en
su gran mayoría por músculo. Por eso, sus necesidades calóricas son mayores que
en mujeres ya que las proteínas se caracterizan por un gasto energético
superior a las grasas y los hidratos de carbono. Además, a medida que aumenta
la edad, las necesidades disminuyen debido a la reducción de la cantidad de
masa muscular. En cambio, cuanto más altura y peso, más ingesta calórica. Lo
mismo sucede con el incremento de la actividad física en cuanto a duración e
intensidad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)