Hablando del desayuno
¿Es el desayuno la comida más importante del día? ¿Tiene que estar formado
por un grupo determinado de alimentos? ¿Es obligatorio hacerlo? Éstas son
algunas de las cuestiones que me han llevado a elaborar esta receta tan
saludable.
La palabra desayuno hace
referencia a la primera ingesta tras 12 horas aproximadamente sin comer. Generalmente,
es lógico levantarse con hambre aunque no tiene porqué ser así. Un consejo, si
no tenéis apetito no tiene sentido comer ya que activáis al organismo para
captar los nutrientes y llevar a cabo la digestión. Y al final, terminas
comiendo más calorías y nutrientes de los que necesitas. Aunque con esto no
digo que apoye la idea que existe un equilibrio eficaz entre la energía que
ingerimos y la que gastamos. Es decir, que hay varios factores implicados como
la calidad, la saciedad, las horas de sueños, el estrés entre los más
destacados.
Cuanto a qué es lo que hay que
tomar, no existe una regla por mucho que
nos lo hayan hecho creer. No sé si os habéis dado cuenta que la industria ha creado productos destinados
a esta ingesta. Nunca se me había ocurrido hasta que Aitor Sánchez, a quién
admiro y conozco por toda su labor y ayuda, lo mencionó en una de sus
fantásticas charlas llenas de humos (si no las habéis visto, os animo a hacerlo.
Os pongo el enlace a su canal de Youtube).
Tenemos cereales de desayuno (más derivados) y las galletas de desayuno (lo
pone en la caja). Otro imprescindible son las tostadas o bocadillo (de
embutido, york, pavo o queso) o la bollería y el vaso de leche con chocolate
soluble o café. Y para rematar, el zumito. Pues, resulta que muy saludable no
es. Así que tenemos que buscar alternativas, que las hay. No hay más que buscar
en los blogs de Sílvia Romero
(Equilibra’t), NorteSalud, María Neira (Nutriendo mi cambio), María Such (Hay plato encerrado), Natalia Moragues, Yolanda Anfrons
(ConeSedeSalud) o en las cuentas de instagram de nutris y dietistas.