Navidad, ésa época del año en la
que nos reunimos junto a nuestros seres queridos, normalmente alrededor de una
mesa. Días y días de celebración en los que la comida se convierte en lo
principal. Aperitivos, asados, dulces, brindis y para rematar, la sobremesa. Al
fin y al cabo, calorías. De forma general, estos banquetes no suelen incluir
verduras y frutas, por lo que es lógico que nuestro organismo experimente
cambios bruscos de peso en poco tiempo, conllevando a la aparición de problemas
de salud. Y si a esto le sumas el poco ejercicio que realizamos, el aumento de
peso aun es mayor. Y como no podía ser de otra manera, toda celebración va
acompañada de botellas de vino y se termina haciendo un brindis ya sea con cava
o champagne. E incluso se puede tomar algún cóctel o chupitos. Bien, pues aquí
es donde quería llegar, que es el motivo por el que he decidido hacer esta
entrada.
Muchas veces, al hablar de
aumento de peso, hay una tendencia a pensar únicamente en los alimentos. ¿Y las
bebidas? ¿No cuentan? ¿Acaso no tienen calorías? Claro que sí. La única
excepción es el agua. El resto nos aportan energía, que va sumando a la ingesta
diaria. Está claro que la hidratación es importante pero conviene abusar de
determinadas bebidas. Este es un tema que ya trataré más adelante. Bien, pues
el tema del que os voy a hablar es del aporte calórico de las bebidas
alcohólicas ya que por cada gramo de alcohol ingerimos 7kcal. Y es importante
tenerlo en cuenta ya que en Navidad solemos abusar de ellas.
Lo primero que hay que saber es
que esas calorías se conocen como vacías. Supongo que os preguntaréis el porqué.
Bien, pues se debe a que no tiene ningún valor nutricional, tal como explica Juan Revenga. Y llegados a este punto,
vamos a ver algunos datos.
En cuanto a los patrones de
consumo, es mayor en hombres que en mujeres. Además, la ingesta aumenta al alza
durante el fin de semana. Y en el cuadro podemos ver que la cerveza es la
bebida de elección por la gran mayoría.
Según la OMS, el alcohol es el
causante de 3,3 millones de muertes al año, que está condicionado por la
cantidad y los hábitos de consumo. También se asocia al desarrollo de trastornos
mentales y de comportamiento y supone un mayor riesgo de algunos tipos de
cáncer y enfermedades cardiovasculares. Y aquí es donde entra en juego Julio Basulto con un texto que escribió
para Eroski Consumer. Comentó que las calorías líquidas son menos saciantes
y además están relacionadas con un mayor riesgo de obesidad y parece ser que en
España casi el 5% de las Kcal que se ingieren proceden de este tipo de bebidas.
Y ahora sí, ¿cómo sabemos la energía
que nos aporta cada bebida? Pues depende de la graduación que es mayor en las
bebidas destiladas (licores, ron, vodka, whisky, ginebra y coñac) que las
fermentadas (vino, cerveza y sidra). Por lo que cuanto mayor sean los grados
alcohólicos, más calorías. ¿Y cómo llegamos a esta conclusión? Juan Revenga nos lo resuelve aquí. Por este motivo, la tendencia es
abusar de las que tienen una menor graduación. Y es que también pueden contener
azúcar.
Y ya para terminar, recordad que
no es conveniente abusar del alcohol ya que puede tener consecuencias
perjudiciales para la salud y no son más que calorías y punto.
Gracias Silvia por el artículo y la cita!
ResponderEliminarMucho hay que repetir estas cuestiones para que terminen calando entre la población general. Abrazos!