Finalizan los meses estivales y
con ellos las vacaciones. Un periodo de tiempo largo en que los hábitos
alimentarios se modifican ya que nos apetecen platos más fresquitos y el nivel
de actividad física disminuye ya que preferimos relajarnos y olvidarnos del
estrés que puede generarnos el trabajo. Aumenta el consumo fuera del hogar y se
ingieren alimentos superfluos como los helados, las horchatas y granizados,
incluso salimos por la noche a tomar algún que otro combinado alcohólico. Por este
motivo, durante este momento tan esperado se produce un aumento de peso.
Empezamos a trabajar y queremos recuperar
nuestro peso previo a las vacaciones, y a poder ser de manera rápida y que se
mantenga a largo plazo. Es por eso que se recurren a las dietas milagro, nada
beneficiosas para la salud ya que son restrictivas y pueden generar el déficit
de nutrientes. Además, tras alcanzar nuestro objetivo, la abandonamos y
volvemos a nuestros antiguos hábitos, con la consecuencia de que recuperamos
ese peso y mucho más. Promoción de una alimentación saludable mediante recetas fáciles. Asesoramiento nutricional personalizada y realización de talleres de cocina saludable.
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miércoles, 16 de septiembre de 2015
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