miércoles, 24 de febrero de 2016

¿Puede un postre ser saludable? ¿Y la repostería casera?

He decidido hacer este post porque últimamente se ha puesto de moda tunear los postres y dulces para que sean más saludables, o como dirían los deportistas, más fit. ¿Y cuál es la tendencia de la población? Consumirlos frecuentemente pensando que son lo mejor del mundo. Suelen asociar lo casero con lo sano y en realidad, no tiene porqué.

Todos estamos de acuerdo en que la bollería y repostería industrial están cargadas de azúcar y grasas, sobretodo saturadas, por lo que son una bomba calórica. Por este motivo, se recomienda que su consumo sea muy ocasional o nulo ya que favorecen el aumento de peso y el riesgo de desarrollar diabetes e incluso aumentar los niveles de colesterol y/o triglicéridos en sangre. Y es que la calidad tampoco es para lanzar cohetes ya que en la industria se utilizan ingredientes como harina refinada, azúcar, aceite vegetal que acostumbra a ser de palma y mantequilla. ¿Y qué pasa con las recetas caseras? Pues, que el valor nutricional sigue siendo similar, tal como podéis comprobar en este post de Lucía Martínez dónde nos muestra la competición entre la repostería industrial y casera (magadalenas, galletas y flanes). Su conclusión es clara: el único factor que podemos modificar es la calidad. ¿Y cómo lo hacemos? Bien fácil. Usar aceite de oliva, harina integral, se puede evitar usar huevo (opcional), frutos secos, fruta desecada o fruta fresca y cacao o harina de algarroba en sustitución al chocolate. De esta manera, no es necesario poner tanta azúcar e incluso, se puede evitar usarla. Eso sí, al usar cacao poned fruta desecada como dátiles, pasas o orejones ya que disminuirán el sabor amargo. También se puede poner canela, zumo o ralladura de limón o naranja.


Una vez aclarado lo anterior, quiero aprovechar para comentaros mis descubrimientos sobre postres más sanos (siempre a nivel de calidad). Vamos a allá: hace bastante tiempo que empecé a seguir tanto a Catalina Prieto (24 zanahorias) y a Sílvia Romero (compañera de profesión y bloguera de Equilibra’t). A nivel personal, considero que son un claro ejemplo en la innovación y la promoción de una alimentación saludable mediante recetas rápidas y fáciles. Y también fliparéis con la presentación de sus platos. Si aún no las conocéis, os animo a que echéis un vistazo a sus posts.

Entre sus recetas destacan, las trufas de dátiles y almendras, los bocaditos de boniato y avena con cacao, las trufas de boniato, las tortitas con pera y canela o el pan de plátano, avena y canela de 24 zanahorias. Y las trufas de aguacate y chocolate negro, las galletas de chocolate y coco y las pastitas de plátano y avena de Sílvia Romero. Están disponibles en sus blogs.




















Además, recientemente he asistido a un taller durante 2 días sobre postres elaborados a base de cacao y algarroba. La verdad que he aprendido a elaborar 6 recetas variadas, que incluyen: 
  • Brownie.
  • Bombones de arándanos y algarroba.

  • Tartaletas de mousse de cacao y frutas.
  • Flan de cacao.
  • Galletas de avena y algarroba.
  • Creps de trigo sarraceno y algarroba, que rellenamos con frutas variadas.
Fue impartido por el equipo de dietistas de més que menjar que se dedican a impartir todo tipo de talleres culinarios que promuevan la alimentación saludable, tanto para adultos como para niños.

Os pongo una de las recetas, concretamente la del flan porqué está pensada para alérgicos e intolerantes, incluso vegetarianos: no lleva huevo ni leche. Además, es perfectamente adaptable a los gustos de cada uno.

Ingredientes (10-12 unidades):

15 dátiles.
1 litro de bebida vegetal.
50g de cacao puro en polvo desgrasado.
2 cucharadas (rasas) de postres de copos de agaragar.

Elaboración:

Quitamos el hueso a los dátiles y los cortamos en trozos pequeños.

Verter la bebida vegetal en una olla y calentar junto al cacao previamente tamizado. Ir removiendo constantemente para que se integre bien el cacao y añadir los dátiles. En el momento que hierva, añadir el agaragar i poner el fuego medio-bajo. Cocer durante 10 min sin dejar de remover. Lo trituramos todo y lo distribuimos en moldes, que se han remojado anteriormente (no secar) para que poder desmoldar más fácilmente. Dejarlos enfriar antes de poner en la nevera durante 1-1’5 horas como mínimo. Para desmoldarlos, pasamos un cuchillo por el perímetro del molde.

Se pueden decorar con ralladura de naranja y una hoja de menta o con algún fruto rojo.


El agaragar es un gelificante procedente de algas diversas que no tiene sabor ni aroma.



En conclusión, si os fijáis en la tabla que os he puesto anteriormente, este flan elaborado con cacao es más saludable respecto al que podemos encontrar en el supermercado. La clave está en los ingredientes utilizados. Apenas lleva azúcar y no es necesario usar huevo, por lo que la diferencia calórica es significativa. Aun así, es una excepción y no siempre sucede de esta manera, como dice Lucía.  

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