Hace 2 años, se publicó un
estudio conocido como Predimed con el objetivo de conocer los efectos de la
dieta mediterránea en la prevención del riesgo cardiovascular. Primero de todo,
debéis conocer en que consiste este tipo de dieta. Según la fundación Dieta
Mediterránea, la dieta está formada por una gran abundancia de alimentos
vegetales (arroz, pasta, patata, pan, frutas, verduras, legumbres y frutos
secos). El aceite de oliva es utilizada como la principal fuente de grasa. Se
incluye un consumo moderado de pescado, marisco, aves de corral, lácteos y
huevos y pequeñas cantidades de carne roja.
El estudio consistió en la
comparación de 2 grupos de intervención con dieta mediterránea que se
diferenciaban por la adición de aceite de oliva virgen extra (1litro/semana) en
un grupo y frutos secos (30g) en el otro con un grupo control. Se realizó en
hombres y mujeres que presentaban un alto riesgo cardiovascular (diabetes,
hipertensión, fumadores, colesterol elevado, sobrepeso u obesidad o con
historia familiar de enfermedad coronaria. Cada grupo fue comparado con otro
control que seguía una dieta baja en grasas, a los que se les obsequiaba con productos
no alimentarios.
Todos los participantes acudían a
diversas sesiones para reforzar la adhesión al tratamiento prescrito en las que
realizaban un cuestionario y se les daban consejos personalizados a través del
Dietista-Nutricionista. Anualmente, se
les pasó un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos para valorar la
ingesta calórica y de nutrientes y otro sobre actividad física. Se valoró el
peso, la talla y el perímetro de la cintura y se realizó una analítica para
valorar la correcta adhesión a la dieta mediante los biomarcadores de consumo.
El estudio incluyó a un total de
7447 personas a los que se les hizo el seguimiento durante un periodo de 5
años. A lo largo de la intervención se excluyeron participantes por motivos
diversos (ser muy jóvenes, IMC elevado, índice cintura-altura elevado y baja
adherencia a la dieta mediterránea).
En cuanto al cuestionario de
adhesión a la dieta, se produjo un incremento en los resultados de los grupos
con aceite de oliva y frutos secos. En estos mismos grupos aumentaron el
consumo de pescado y legumbres respecto al grupo control. No se observaron
diferencias en la actividad física realizada entre grupos.
Los resultados mostraron un
efecto protector similar con las 2 dietas mediterráneas respecto a la dieta
baja en grasas. Tuvo lugar una reducción de los eventos cardiovasculares en un
30%.
Quisiera terminar haciendo
referencia al estudio que va a iniciar el mismo equipo que han titulado
Predimed Plus que consistirá en un programa de dieta mediterránea hipocalórica
junto a actividad física. Está previsto incluir a 6000 participantes divididos
en 2 grupos y publicar los resultados en el 2020.
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