lunes, 9 de enero de 2017

Alimentos, ¿Culpables o inocentes?: Desmitificando en consulta

El día a día de los dietistas y nutricionistas, sobre todo los que nos dedicamos a ver pacientes es educar nutricionalmente, igual que los que realizan charlas. Explicamos en qué consiste comer bien, resolvemos las dudas que tenga la persona y les entregamos un menú con recomendaciones. Bien, resulta que hay preguntas acerca de determinados alimentos que aparecen SIEMPRE. Y este es el tema del cual quiero hablaros.

Primero de todo, hay una idea preconcebida que es que vamos a darles una dieta estricta a base de verduras (crudas o cocidas) y carne o pescado a la plancha junto a un listado repleto de alimentos prohibidos. Esos como los hidratos, los frutos secos, el consumo limitado de huevo, el plátano y los lácteos enteros Vamos a ir explicando las verdades uno por uno pero antes me gustaría reflexionar sobre los motivos por los cuales la comida es la responsable del aumento de peso.

Las enfermedades suelen aparecer tras varios años de tener un patrón de vida insano. Esto quiere decir que se produce por causas multifactoriales. Se ha hablado mucho de la importancia de la genética cuando en realidad tan sólo es responsable de un 2-3%. Y aquí me gustaría destacar una frase de José María Ordovás en que la compara con una pistola cargada, cosa que si no aprietas el gatillo no se producirá efecto alguno. Por lo tanto, el control de otros factores será el determinante para que se manifiesten unos genes concretos. El resto son los hábitos de vida como la alimentación, el tabaco, la actividad física, el estrés, el ambiente etc. Vamos que todo suma. Entonces, ¿por qué suele culparse únicamente a la dieta? Intuyo que es algo que controlamos mediante decisiones personales. Pero no es del todo cierto si no que la gran oferta de alimentos de la que disponemos junto a las campañas de márqueting de la industria también nos influyen. Además, investigaciones nada recientes se quedaron grabadas en la mente por el revuelo que debió generarse en los medios al salir a la luz. Y precisamente no debieron ser favorables, repercutiendo en los hábitos de consumo de la población. Y más si no disponen de los conocimientos suficientes. Por eso, quiero desmentirlos y explicarlo detalladamente.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Año nuevo, talleres nuevos




























Primero de todo, feliz navidad!!! Espero que este año no os paséis comiendo turrones y polvorones, sobre todo si queréis estar sanos o al menos mantener el peso. Hoy quiero hablaros de los talleres de cocina que realizaré a partir de enero. El objetivo principal es promover una alimentación saludable mediante alimentos de temporada. Además, de demostrar que comer sano es fácil, sabroso y económico. También conviene destacar que tenéis varias temáticas para elegir.

jueves, 15 de diciembre de 2016

Consumismo masivo en navidad

Durante los últimos años, los productos alimentarios típicos de esa fecha tan señalada pueden comprarse a partir de los meses de octubre y noviembre. Si, este 2016 me he fijado que durante la castañada (31 de octubre al 1 de noviembre), época en la cual en Catalunya es típico comer panellets, ya se observaban  tenderetes de bombones, polvorones y turrones en los supermercados. Para quién no lo sepa, son dulces elaborados a base de mazapán que se caracterizan por su alto contenido en azúcar. Así que el consumo recomendado es ocasional. Además, cabe destacar que son altamente alergénicos ya que llevan huevo y frutos secos. Aunque esta no es la temática principal de este artículo, por lo que vamos a empezar.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Las legumbres: un mundo lleno de posibilidades

El 24 de noviembre de 2016 celebramos el día mundial del dietista-nutricionista (#DMDN). Este año, el Consejo General de Colegios  de este colectivo ha tenido una gran iniciativa. El objetivo es promocionar el consumo de legumbres mediante el concurso de recetas “Por unas buenas legumbres” o redactar un post acerca de este grupo de alimentos. Así que nada más verlo, me uní sin dudarlo a ambas propuestas.

Antes de adentrarnos en la temática pertinente, considero importante realizar un inciso acerca de la profesión del Dietista-Nutricionista (DN). ¿En qué consiste nuestro trabajo? Lo más probable es que lo primero que os vendrá a la cabeza son las dietas de adelgazamiento. Lo cierto es que podemos hacer mil cosas. Las dietas pueden ser para cualquier persona (sana, diagnosticada de alguna patología, ganancia de masa muscular, hospitalizada, etc.). Podemos estar en la cocina de cualquier residencia u hospital haciendo los controles de calidad (controlar las temperaturas de las cámaras de almacenaje y los platos que suben a planta, recoger las muestras diarias de la comida), contar las dietas que se preparan a diario, revisar que se emplate correctamente teniendo en cuenta los alérgenos y tipo de paciente y muchísimas cosas relacionadas. Otra posibilidad es formar sobre cualquier tema de alimentación, impartir cursos de cocina saludable, reeducar dietéticamente (mejorar los hábitos nutricionales) y diseñar productos. SI navegáis por la red, os daréis cuenta que todos los que nos dedicamos a este campo ofrecemos diferentes servicios bajo la premisa de promover la alimentación saludable entre la población.     

lunes, 17 de octubre de 2016

¿Sueles refugiarte en la comida?

Cuando tienes un problema, ¿qué haces? Te desanimas y piensas que ya se solucionará o intentas resolverlo. Como personas, tenemos el poder de elegir. Eres tú mismo quién decide qué ponerte, aquello a lo que quieres dedicarte, cómo divertirte, qué comprar, etc. Respecto a lo último mencionado, es necesario matizarlo y este es el objetivo de esta entrada.

Antes de entrar en materia, quisiera destacar que está dedicado especialmente al equipo de Nortesalud y de todas las compañeras del curso que realizamos en Barcelona sobre Psiconutrición. Fue ver uno de los anuncios de Casa Tarradellas y encenderse una alarma en mi mente. No podía creerme lo que vi. Un par de días más tarde, vi otro similar y aluciné todavía más.

jueves, 13 de octubre de 2016

Postres que aparentan ser sanos





Esto no es más que una llamada de alerta a los fanáticos del dulce y promotores en revistas, blogs y programas de televisión. Como apasionada de la cocina que soy y la profesión por la cual dejaría todo, estoy cansada de ver titulares de: Postres bajos en calorías que apenas engordan o repostería más sana. Que yo nunca he sido sabores muy pronunciados pero al leer tales mensajes, se me saltan las lágrimas, aunque no de la emoción. Tan solo con echar un ojo a los ingredientes ya se intuye que no son lo que parecen. Ahora os lo cuento.

Todo el mundo sabe que el azúcar engorda y que si te tomas un pastel o un croissant, todavía más. Pero claro, la cultura gastronómica que tenemos está basada en lo tradicional y casero, por lo que la repostería no puede faltar. Claro que se pueden comer en alguna ocasión pero no de por vida y a todas horas. Sabemos también que los diabéticos no pueden abusar de tal componente. Por eso, se descubrieron los edulcorantes como la sacarina, el aspartamo (uy, ¡qué miedo!), hará unos añitos la stevia y detrás el jarabe de arce, el sirope de maíz y ya por último, el azúcar de coco. Claro que sí, todo muy natural. Y como dicen que son sanos, a utilizarlos como si nada. Pues, perdonad que os agüe la fiesta, siguen siendo hidratos de carbono simples. Así que el riesgo de obesidad sigue aumentando. ¿Por qué los consumimos? El motivo principal es que estamos rodeados de alimentos ultramegaprocesados y claro quién se resiste. Otro aspecto a destacar es que también existe la costumbre que todas las comidas principales deben acabarse con un buen postre o el famoso refrán de “a nadie le amarga un dulce”. O lo de si luego lo quemo en el gimnasio o corriendo.